Acostumbrarse a lo cómodo es propio de todos los españoles en general. No obstante en un tiempo en el que tanto hablamos del uso de medios de transporte público que reduzcan de forma considerable la contaminación ambiental los datos (de su uso) no confirman eso, por lo menos aquí en Ourense.Según un estudio del año 2007 realizado por el Ministerio de Fomento el 90,9 % de los ourensanos elegimos el coche cuando se recorren trayectos superiores a los 50 Km. Mientras que el transporte público (tren y autobús) queda situados en el uso de tan solo el 6,9 % de los ourensanos.
Pero la comodidad de los ourensanos no queda ahí, sino que, para el transporte cotidiano (ir al trabajo por ejemplo en jornada laboral) el 43,8 % lo hace o bien en moto, o bien en coche. Siempre en ambos casos en un vehículo a motor.
A la hora de criticar estos medios de transporte, comprensibles algunas críticas de ellos, se entran en los malos horarios y en zonas rurales la dispersión geográfica y el despoblamiento del rural. Criticas comprensibles y lógicas. No obstante, lo que me gustaría que se reflexionara, sobre todo por parte de los poderes públicos, es lo siguiente; ¿por qué al usuario del transporte público se le penaliza?. Con esta pregunta me refiero que a los que somos usuarios del transporte público, en el cual me incluyo, no nos sale barato, en proporción se podría afirmar (e incluso comprobar) que a la gente que usa un coche particular, se le incentiva a seguir haciéndolo, ya que en proporción es más barato.
Por eso hago un llamamiento a una mejora en las tasas y precios del transporte público.

Cuando se aprobó la ley mediante la cual se reformaba el Código Civil permitiendo los matrimonios homosexuales un sector de la judicatura de forma totalmente arbitraria se sublevó a celebrar dichos matrimonios apelando a la objeción de conciencia.

En una de las entradas anteriores de mi blog señalaba como seña de identidad del Partido Republicano de los Estados Unidos de América las ideas antiabortistas y el uso descontrolado de armas pero me dejaba en el tintero sus pretensiones probelicistas contra enemigos varios.




Por fin la limpieza en las calles de Ourense se va notar o así lo va intentar el gobierno municipal mediante la aprobación futura de una ordenanza que va castigar de forma seria y contundente las pautas incívicas de algunos de nuestros vecinos.
