En efecto desde la aprobación en el año 2005 de la ley por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio y por lo tanto se facilita a personas del mismo sexo que lo contraigan, se han alcanzado más de 9.000 matrimonios (CIVILES) en España.
Esta ley supuso en si la equiparación de derechos con respecto a las parejas heterosexuales a un colectivo, el homosexual (integrado por gays y lesbianas), que en la actualidad se estima en más de cuatro millones de españoles, pero contando en principio los que son reconocidos oficialmente y dejando sin contar los que no lo están.
De todos modos centrándonos en los datos, y las cifras, se puede observar lo siguiente: En el año 2007 se registro un total de 3.250 matrimonios en igualdad, los que sumando a los matrimonios contraídos en los años 2005 y 2006 nos da un total de 9.099 matrimonios contraídos entre personas del mismo sexo y estos registros serían los referentes a los informatizados y por lo tanto descontando los que aun no están informatizados (Juzgados de Paz, Ayuntamientos pequeños, etc…) la suma podría alcanzar perfectamente los 15.000 matrimonios.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), un 32,92% correspondería a matrimonios entre mujeres y un 67,08% correspondería a matrimonios entre hombres. Estos datos reflejan que el colectivo de las lesbianas es más reacio a dar el paso con respecto a los gays que los doblan en matrimonios contraídos y registrados.
Según Antonio Poveda, presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB): “Este dato es revelador pues muestra con claridad la invisibilidad de las mujeres lesbianas. Ellas se casan menos por ser discriminadas. Que en pleno siglo XXI, las lesbianas se casen la mitad que los gays es indicativo de hasta que extremos llega la invisibilidad de nuestras compañeras lesbianas”. No obstante bajo mi modesta opinión, y discrepando de esa postura, diré que el matrimonio no tiene porque ser ir a firmar un papel y ya estar unidos, sino que lo tengo conceptuado como el día a día con otra persona, aplicable en la misma medida a las parejas heterosexuales, no cuestiono que si estas casado con otra persona pues ambos cónyuges adquieren una serie de derechos que si no lo están pues no, pero además también de ser precisamente eso, un derecho, que se puede ejercer libre y voluntariamente y no una obligación.
De todos modos aun queda mucho camino para recorrer en la trayectoria que empezó a mediados del año 2005, la plenitud de derechos es bajo mi punto de vista un camino que debemos forjar día a día, pasito a pasito, erradicar poco a poco las conductas que puedan vulnerar o atentar los derechos civiles de otras personas y desde luego mirar a las personas, como eso, como personas sin parar a pensar con quien se acuestan o se dejan de acostar solo así conseguiremos un mundo más plural, más abierto y en sí más tolerante y con estas frases tampoco quiero que se le pueda sacar punta al lápiz y afirmar que están politizadas, nada de eso.
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