Tras una intensa precampaña y campaña electoral, vivida por los Estados Unidos, el martes de la semana que viene los estadounidenses tendrán un nuevo Presidente. Probablemente un demócrata, ya que las encuestas realizadas por diversos medios de comunicación dan una ventaja, a Barack Obama (el candidato demócrata), oscilante entre seis y once puntos sobre su rival, el republicano Jhon McCain.
Cabe señalar que declaraciones de miembros y ex miembros de la Administración Bush como por ejemplo Colin Powell, le han dado ese toque de emoción a una carrera presidencial, al posicionarse, ante el radicalismo experimentado por el Partido Republicano, a favor del candidato Obama.
Esta campaña, para ser sinceros, cogió tintes peligrosos al ser un candidato hombre y de color (Obama) de carácter racista. Y al proceder diversos ataques de estas características (racistas) de su oponente más férrea, como por ejemplo Sarah Palin. Debemos tener en cuenta que la segregación racial aun esta muy presente en un país supuestamente de una larga trayectoria democrática, ya que no olvidemos que en un país de cincuenta estados federados, Obama, es el quinto legislador afroamericano.
Esperemos que esta primera potencia mundial encuentre la sensatez y vote a favor de lo menos malo.
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