En estos tiempos es cuestionada la libertad de expresión como tal. Creo que ese término y lo que significa se ha prostituido en su uso cotidiano.
Como no, la cadena de los obispos, y concretamente uno de sus locutores, conocida coloquialmente como cadena COPE se ha excedido una vez más.
Se ha confundido el derecho privilegiado de las grandes democracias, que es el de expresarse libremente por cualquier medio de información y comunicación veraz al insulto personal y descalificaciones varias.
Esto es lo que puedo observar del proceso judicial abierto ayer al locutor de la COPE, el señor Federico Jiménez Losantos por difamaciones graves proferidas contra el exdirector del periódico ABC, el señor José Antonio Zarzalejos; al susodicho locutor (Losantos) me cuesta calificarlo como un buen locutor cuanto más como un buen periodista. Su calidad periodística poco apreciable únicamente entiende de una cosa, la descalificación personal y el insulto y me remito a los hechos y en este caso a las declaraciones vertidas por Losantos entre abril de 2006 y octubre y noviembre de 2007, periodo en el cual el “periodista” y locutor de la COPE le dedico al entonces director del ABC lindezas tales como: “sicario”, “necio”, “inútil”, “escobilla para los restos”, “despojo intelectual” y un largo etc… hasta llegar a cincuenta insultos en su programa matutino de “Las mañanas de la COPE”.
Básicamente los motivos de tanta falta de respeto es desligarse de la versión extraoficial que se saco del sombrero, a título particular el locutor de la COPE sobre la masacre del 11 – M, y resalto lo de extraoficial porque esa versión no se corresponde con la vertida por los Tribunales de Justicia oficiales que son los que tienen la verdadera potestad de ejecutar y hacer ejecutado lo juzgado en este país.
¿Es esto libertad de expresión?. En mi opinión desde luego que no.
Es confundir el significado de las palabras y usarlas de manera que a cada uno nos pueda parecer, mezclando lo personal con lo profesional y faltando desde luego a un derecho constitucional que lo tengo conceptuado como sagrado y que en teoría debería ser invulnerable, pero en la práctica se puede observar que no, que es el honor de una persona y su prestigio personal y profesional que desde luego Losantos demostró en lo que a profesional pueda referirse que no lo tiene.
De todos modos estos episodios no son nuevos para el “periodista” y locutor de la COPE, ya que hace unos meses cuando por una situación similar se tuvo que ver las caras con el mismísimo alcalde de Madrid ante los Tribunales por episodios similares de descalificaciones continuadas.
Como no, la cadena de los obispos, y concretamente uno de sus locutores, conocida coloquialmente como cadena COPE se ha excedido una vez más.
Se ha confundido el derecho privilegiado de las grandes democracias, que es el de expresarse libremente por cualquier medio de información y comunicación veraz al insulto personal y descalificaciones varias.
Esto es lo que puedo observar del proceso judicial abierto ayer al locutor de la COPE, el señor Federico Jiménez Losantos por difamaciones graves proferidas contra el exdirector del periódico ABC, el señor José Antonio Zarzalejos; al susodicho locutor (Losantos) me cuesta calificarlo como un buen locutor cuanto más como un buen periodista. Su calidad periodística poco apreciable únicamente entiende de una cosa, la descalificación personal y el insulto y me remito a los hechos y en este caso a las declaraciones vertidas por Losantos entre abril de 2006 y octubre y noviembre de 2007, periodo en el cual el “periodista” y locutor de la COPE le dedico al entonces director del ABC lindezas tales como: “sicario”, “necio”, “inútil”, “escobilla para los restos”, “despojo intelectual” y un largo etc… hasta llegar a cincuenta insultos en su programa matutino de “Las mañanas de la COPE”.
Básicamente los motivos de tanta falta de respeto es desligarse de la versión extraoficial que se saco del sombrero, a título particular el locutor de la COPE sobre la masacre del 11 – M, y resalto lo de extraoficial porque esa versión no se corresponde con la vertida por los Tribunales de Justicia oficiales que son los que tienen la verdadera potestad de ejecutar y hacer ejecutado lo juzgado en este país.
¿Es esto libertad de expresión?. En mi opinión desde luego que no.
Es confundir el significado de las palabras y usarlas de manera que a cada uno nos pueda parecer, mezclando lo personal con lo profesional y faltando desde luego a un derecho constitucional que lo tengo conceptuado como sagrado y que en teoría debería ser invulnerable, pero en la práctica se puede observar que no, que es el honor de una persona y su prestigio personal y profesional que desde luego Losantos demostró en lo que a profesional pueda referirse que no lo tiene.
De todos modos estos episodios no son nuevos para el “periodista” y locutor de la COPE, ya que hace unos meses cuando por una situación similar se tuvo que ver las caras con el mismísimo alcalde de Madrid ante los Tribunales por episodios similares de descalificaciones continuadas.
2 comentarios:
Hola, y bienvenido al interesante y adictivo mundo de los blogs.
Espero que disfrutes mucho con tu blog y con las interesantes discusiones que mantendrás (y mantendremos) en este espacio que has creado.
Yo sigo de vacaciones, por lo que, de momento solo te visito para saludarte y felicitarte.
Emhorabuena Jose MM.
ROKUDAN
Si uno quiere enterarse de las cosas sin medias tintas ni tapujos tiene necesariamente que oir a Federico Jimenez Losantos por las mañanas, le guste su estilo o no. Este señor es de los pocos que dicen las cosas como son y que, naturalmente, no quieren oir los partidos de izquierda, los sepatistas y el acomplejado PP. pero que nos interesa a todos lo que pagamos, mejor dicho, a todos los que nos atraca Hacienda para mantener la actual dictadura partitocrática.
Las alusiones a Zarzalejos, en modo alguno son insultos, son simplemente descripciones, de un personaje que primero le atacó desde su periódico, periodico que estuvo a punto de cerrar por su incompetente gestión.
Cerrar la boca a Federico, es el objetivo de todos los partidos para seguir manteniendo en la inopia a sus respectivos rebaños ý de conseguirlo sería el funeral de la libertad de expresión
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