lunes, 18 de agosto de 2008

Las agresiones intolerantes

Hace unos días en una entrada anterior, reflejaba la propuesta realizada por la organización Transexualidad Clínica, de la creación de una brigada gay de la policía para los delitos contra la libertad sexual.
Hoy de forma más convencido no solo apoyo esta medida, viendo los hechos me parece que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado deben ser más exhaustivos contra estos actos intolerantes, sino que también pido que en agresiones de este carácter se apliquen las penas máximas permitidas por el Código Penal.
Los hechos que voy a denunciar en mi blog, tienen lugar en dos sitios de la geografía española.
El primero tiene lugar en Madrid y como protagonistas involuntarias a la popular transexual Nova, conocida por sus intervenciones en televisión, y su madre, los hechos tuvieron lugar el once de julio, cuando Nova y su madre paseaban por Madrid y cuando pasaron al lado de unas terrazas de un bar, tres hombres y una mujer supuestamente la empezaron a increpar verbal y físicamente.
El segundo caso tiene lugar en Sevilla y como protagonistas involuntarios a una pareja homosexual y como protagonistas voluntarios a tres skinheads (cabezas rapadas – nazis), cuando esta pareja paseaba de la mano por la plaza de Virgen de los Reyes y fueron abordados (profiriéndole insultos y agresiones físicas) supuestamente por tres individuos de estética skinhead.
Y me pregunto yo; ¿qué daño puede hacer que dos personas vayan cogidas de la mano? o en el caso de la transexual Nova; ¿qué daño puede producir, excluyendo el hecho de que pueda ser un personaje público más o menos conocido por alguna gente, el que una persona vaya paseando con un familiar?.
Pues al parecer causa mucho daño en personas de estas características. Tanto, hasta el punto de degradar a una persona en público no solo de forma verbal sino que también llegando en algunos casos extremos a una agresión física, dejando un agrio recuerdo en quienes padecen o padecieron estos hechos.
No solo hago un llamamiento a los poderes públicos, sino a la ciudadanía en general que cuando contemplen una situación de esta envergadura, digan claramente ¡YA BASTA!, de todos es sabido que la unión hace la fuerza y quien no quiera ver o ayudar en una situación así, no solo muestra cobardía moral sino que también se puede interpretar que son cómplices de forma indirecta de dichas agresiones.

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