lunes, 4 de mayo de 2009

El diálogo social y la realidad social


Si ya con los más de cuatro millones de parados que acusa España no era suficiente, ahora se suma al carro del desastre y la desolación aquellas más de 105.000 viudas gallegas que viven próximas a tocar el umbral de la pobreza, sino es que están ya metidas en ella.

El panorama en España cada vez es más negro y cada vez tiene menos perspectivas, por lo menos en un futuro inmediato, a que esta situación mude a mejor. Los que peor lo están pasando, como en todas las crisis de carácter económico, es la clase trabajadora. Está última clase o mejor dicho la clase trabajadora que esta parada (que ya alcanza casi el 18% de la población activa), por esta crisis internacional, se ve agravada su situación cuando, al carecer de todo tipo de renta económica, no puede hacer frente al pago de la luz, en algunos casos, incluso, ya no se tiene para comer y para pagar sus hipotecas o alquileres de vivienda.

Esta crisis provocada en gran parte, o en su mayoría, por las entidades financieras al permitir de una forma absolutamente irresponsable que la gente viviera por encima de sus posibilidades prestando liquidez sin evaluar responsablemente los riesgos de no recuperar lo prestado, ha hecho “crak” y de que manera.

Pero lo grave de la situación no es eso, sino que los poderes públicos, en el caso de España, inyectaron dinero público a la banca y esta última en vez de hacer llegar el dinero a los particulares, pymes, etc… parece que lo emplearon más para sanear sus agujeros que para reactivar el mercado.

En otros aspectos, volviendo a remitirme al mercado de los trabajadores, las soluciones fáciles como el abaratamiento del despido o el despido libre toca de lleno en las condiciones laborales de la ya maltrecha clase trabajadora. Desde algunas filas, cuando oyen campanas de una posible huelga general, se atreven desde su privilegiada situación económica en aseverar con rotundidad, como lo hizo Cristóbal Montoso (Diputado del PP en el Congreso de los Diputados), que “El Partido Popular no cree en las huelgas generales que son del siglo antepasado”, muy en consonancia con el sentir popular de los trabajadores.

No le llega a la patronal que en muchos centros de trabajo se este trabajando, por ejemplo, por encima del horario pactado en el contrato o se cobren emolumentos retributivos en disconformidad con lo establecido, en teoría, en la hoja de salarios o comúnmente nómina, sino que la solución pasa por sodomizar aun más a los trabajadores que sostienen este país.

Tampoco niego que el empresario es la persona que crea empleo pero también, como trabajador, entiendo que nuestra situación no tiene que pasar por estar aun más explotados de lo que a veces ya lo estamos.

En resumen, menos diálogo social y más realidad social. Y los sindicatos o esos que dicen ser portadores de la representación de los trabajadores que empiecen a defender de verdad los intereses de los trabajadores, aunque ya se sabe que con la boca llena no se puede hablar.

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